viernes, 13 de marzo de 2020



COMO ENFRENTAR LAS ¡PATALETAS!


Primero es importante aprender a:

 Reconocer una verdadera pataleta

Aunque sus características varían conforme a la personalidad de los infantes, por lo general las pataletas incluyen llanto, gritos, tirarse o revolcarse en el piso, azotar puertas y lanzar objetos. “Esto no debe confundirse con hechos en donde los niños se lastimen a sí mismos o a otras personas, donde se encuentren permanentemente tristes, tengan problemas para conciliar el sueño, padezcan de pesadillas recurrentes, se quejen de dolores físicos. En cualquiera de estos casos es necesario buscar ayuda especializada de inmediato”







Así las cosas, cualquier exceso o déficit en las pautas de crianza, entendidas como los deberes y derechos del niño, con relación a su desarrollo y formación, pueden hacer que una rabieta normal tenga un efecto ‘bola de nieve’, y se transforme en un comportamiento de irritación permanente e incontrolable. Por esto la importancia de establecer normas y límites: dos ingredientes fundamentales en el amor responsable.





ALGUNOS TIPS:

1. Mantenerse firmes
Claro que resulta mucho más fácil decirlo que hacerlo, ayuda a dejarle claro que su rabieta no le llevará a conseguir lo que quiere. Límites Mantener la calma no significa ceder a los deseos del niño. Si cedo, no voy a fortalecer su resistencia ni enseñarle a lidiar con su frustración", explica Santos. Es decir, hay que decir no cuando es necesario y aceptar su frustración
Los niños están poniendo a prueba su poder y sus opciones, y si los padres no mantienen los límites que establecen, continuará este comportamiento. Hace falta imponer límites, dice, porque ciertas cosas como por ejemplo el cinturón de seguridad o apagar la TV no son negociables.

Nota: El niño se dará cuenta de que, colabore o no, se le colocará el cinturón.

2. Explicaciones cortas
Si se intenta explicar a un niño inmerso en un verdadero ataque de enfado por qué es injusta su reacción, lo más probable es que él siga tirado en el suelo llorando y pataleando sin cesar.
La razón es que en esos momentos lo único que escucha es su propio llanto, por lo que es difícil hacernos entender en esas circunstancias. Frases como «no hay dulces porque acabas de comer» o «si no duermes, mañana estarás cansado para jugar» dichas cuando se va a iniciar la rabieta pueden servir para evitar su enfado, anticipar la consecuencia. Donde probablemente no estará tan alterado y será más fácil disuadirlo.

3. No responder con enfado
Responder con una rabieta es una forma de fomentarlas: les estaremos dando la mejor de las excusas para iniciar un pequeño número de enfado en cualquier momento, ya que para los niños sus padres son sus modelos de referencia y les encanta imita todo lo que hacemos. También es importante no permanecer enfadados con él eternamente. Pasados unos minutos, ya no sabrá por qué papá y mamá fruncen el ceño. Su pataleta ya pasó, y tal vez ni siquiera se acuerda de ella.

4. No prestarse al juego
La mejor forma de luchar contra las rabietas es procurar que no aparezcan. Y para ello conviene anticiparse a posibles problemas. Por ejemplo: uno de los lugares donde suelen darse más rabietas es el supermercado, centro comercial, así que hay que ir prevenidos. Es bueno dejar todo claro antes de entrar: anticiparle que solo se va a comprar leche, pan y huevos, y nada más. Después, una vez dentro, podemos dejar que él participe en la compra cogiendo las cosas que se van a comprar (las más pequeñas, claro) y metiéndolas en la cesta. De esa forma estará distraído y se sentirá útil, lo que evitará otras tentaciones.

5. Elegir entre dos opciones
La mayoría de las veces su enfado vendrá ocasionado por querer algo que no puede tener. De ahí que ayude mucho a evitarlo el dejarle elegir solo entre dos opciones. Si se le pregunta « ¿qué quieres de postre?», el abanico de opciones que se abre ante el pequeño es infinito, y no siempre al gusto de los adultos. Sin embargo, si se le da elegir únicamente entre dos opciones, ambas válidas, es más que probable que todo siga en calma. Preguntando « ¿quieres un plátano o prefieres un yogur?»,  se le cierran las opciones posibles sin que él se dé cuenta. Y no tendremos que decirle «no»
Nota: porque así estamos permitiendo su proceso autónomo en decisión, pero guiado y con control

6. Intentar que escuche
Una vez que la rabieta ya ha comenzado, el pequeño parece fuera de sí. Para calmarlo y hacerle entender que no puede ser, solo hay una opción: intentar conseguir que salga de ese estado y hacer que nos escuche. Para ello, papá o mamá pueden arrodillarse frente a él, cogerlo por los hombros con firmeza y mirarlo hasta que él fije sus ojos en los del adulto. Entonces será el momento de hablarle con calma.

7. En vez de un no, dos síes
Muchas veces las rabietas son muestras de rebeldía. Por eso es frecuente que cada vez que se le diga que no haga algo, él intente hacerlo. Pero si tras un «no» vienen dos «síes», la cosa cambia. Se le está prohibiendo una cosa, pero permitiendo otras dos. Así, si después de decirle que no puede pintar en la pared se le explica que sí puede pintar en la cartulina o jugar en el parque, es posible que su rebeldía se aplaque.

8. Cambiar de escenario
En ocasiones, ni ellos mismos sabrán cómo terminar con su propia pataleta. Es beneficioso cambiar de lugar: salir con ellos en brazos del espacio en el que se encuentran e ir a otro más abierto. A la vez el paseo puede distraer su atención y hacer que se centre en otra cosa.

9. Así no se habla
Hay que advertirle de que solo le escucharemos cuando hable en un tono normal, sin gritos ni llantos, porque de otra forma es imposible entenderle. Es una buena técnica explicarle que cuando llora así nadie puede escucharle, por lo que no sabemos lo que quiere.

10. Dejar que se calme solo
Los niños también tienen derecho a desahogarse, por lo que a veces es incluso positivo que pasen por una rabieta. Cuando está inmerso en un ataque de furia, se le puede decir: «Pues sí que estás enfadado, avísame cuando se te pase», y acto seguido alejarse un poco de él, esto cuando sucede en casa y cuando esta público igual solo que nos alejamos pero sin perderlo de vista. Será consciente de que nos preocupamos por lo que le pasa y de que no conseguirá nada poniéndose así.

lunes, 27 de enero de 2020

Francesco Tonucci, pedagogo: "Los niños están en peligro porque no juegan entre ellos"



"Temo el momento en el que un niño no quede con sus amigos para verlos por Skype"
"Los niños están viviendo un momento de peligro muy grave, porque no es que jueguen poco, es que no juegan entre ellos". Expeditivo. Contundente. El mensaje de Francesco Tonucci, pensador, psicopedagogo y dibujante, es claro: la sociedad actual no está permitiendo desarrollar el juego de los niños, al menos no de una manera saludable y libre.




El experto, que participó en la campaña de 12 Meses, la iniciativa de acción social de Mediaset España, 'Jugar es un asunto muy serio' cree que a los niños hay que "dejarlos" jugar, pero que, habitualmente, "dejar" no es el verbo que acompaña a "jugar" sino, más bien, el de "acompañar", "vigilar" o "controlar". "Cuando se dice a algunos padres que hay que 'dejar' ir a jugar a los niños parece una frase incomprensible para ellos. ¿Cómo que vayan solos? Siempre tienen que acompañarlos, y eso significa ir todos los días al mismo lugar, a esos jardines de juego en los parques para niños, donde están cerrados y vigilados", explica el pedagogo.

En la sociedad proteccionista actual, Tonucci aboga por dejar que los niños puedan salir de casa sin adultos, que puedan estar con amigos, que elijan un juego adecuado para cada espacio, porque cada juego tiene sus necesidades. "La idea de que un niño vaya al mismo sitio, vigilado, hasta que se canse, no tiene nada que ver con el juego. Y cuando veo estos espacios pienso que los alcaldes y los arquitectos han tenido una suerte muy rara de la infancia, no han sido niños, porque cómo es posible que una persona que ha sido niño piense que ese espacio es bueno para jugar. Lo que siempre digo es que en el mundo del juego los adultos no deberían entrar".

La creatividad ha dejado de existir
"Los niños son meros consumidores. El adulto espera hasta que el niño se canse para que puedan volver a sus actividades pero, si lo pensamos bien, un niño nunca se cansa cuando está jugando de verdad. Cuando un niño se cansa jugando en media hora es que algo no va bien", apunta Tonucci.

En toda esta amalgama de roles de la sociedad actual, los abuelos tienen que tomar partido de una manera activa e importante. ¿Cómo? No ya ayudando a sus nietos, sino a sus hijos. "Tienen que ayudar a los hijos a no tener miedo, a entender que la ciudad no merece el miedo que tienen y, a su vez, ser un poco guardianes de los niños. Niños y abuelos deberían ser aliados y pedir a los políticos que devuelvan el espacio público a la gente para que unos puedan pasar tiempo al aire libre y los otros puedan jugar, pero cada uno por su cuenta", explica el experto en Uppers.

Las calles han cambiado
Cuando Tonucci jugaba con sus amigos en la calle, era la propia calle la que se hacía cargo de los niños: los vecinos. Pero, hoy en día, todo aquello se ha perdido. El individualismo y el cambio de paradigma en el juego de los niños han hecho que todo aquello se volatilice y se pierda. ¿Para siempre?

"Lo que proponemos es volver a ese punto de partida", explica Tonucci, "cuando pedimos que los niños vayan a la escuela sin adultos, pedimos a los comercios que están en la calle que se sumen a este proyecto, que compartan la responsabilidad, y es muy fácil: poner una pegatina en el escaparate que los niños conozcan para que sepan que si tienen una necesidad como un vaso de agua, una llamada a casa, puedan entrar que no salgan de ahí si no han resuelto su problema".

Tomado de: https://www.uppers.es/estilo-de-vida/vida-familiar/tonucci-pedagogo-juegos-ninos-12-meses_18_2863095052.html

jueves, 23 de enero de 2020

«El aprendizaje por proyectos es una buena manera de enseñar creatividad en la escuela»

La doctora Zorana Ivcevic es investigadora asociada en el Yale Center for Emotional Intelligence


El proceso creativo está plagado de emociones, como decidir compartir ideas atrevidas, momentos agradables de inspiración, estados de frustración ante problemas o decepción ante las críticas, entre otros... Las emociones afectan a la creatividad y las investigaciones así lo demuestran. En este caso, la doctora Zorana Ivcevic, investigadora asociada en el Yale Center for Emotional Intelligence e invitada al I Encuentro Internacional sobre Arte, Emociones y Creatividad que organiza estos días la Fundación Botín, asegura que «la clave no está tanto en saber qué emociones potencian la creatividad o cuáles la frustran, sino en saber cómo, gestionando de forma correcta cualquier estado de ánimo, podemos usar las emociones para desarrollar e impulsar nuestra imaginación».

¿Son las personas creativas más «emocionales»?

Las personas creativas en general no son más «emocionales». Pero sí es verdad que la gente que tiene esta característica aprende a prestar atención a sus emociones, para usarlas como inspiración, o utilizarlas para estar comprometidos con su trabajo. Según nuestros estudios, los artistas describen cómo transforman emociones en sus pinturas, esculturas o relatos diariamente. Las emociones que inspiran pueden ser grandes, como una gran pérdida acaecida durante la vida, pero también pequeñas, tal y como una artista nos contó: escribió una historia donde uno de los personajes se basaba en una mujer con la que siempre se cruzaba que bajaba la cabeza y parecía increíblemente triste.

Pero las emociones no inspiran solo a los artistas. Muchas ideas de negocio nacen tras haber sentido una «emoción». Un ejemplo de esto podría ser el de aquel emprendedor que se dio cuenta de que comprar en la frutería era frustrante para él, y como solución a su frustración creó una aplicación para comprar en estos productos que además te los llevaba a casa.

¿Hay alguna emoción concreta capaz de potenciar la creatividad?

Los individuos creativos tienden a disfrutar de lo que hacen y lo encuentran motivador. Algunas emociones positivas parecen resultar importantes para la creatividad, pero esto no significa que toda la creatividad venga de las emociones positivas, o que la gente puede ser creativa solo cuando está contenta. Las personas pueden encontrar inspiración en una gran variedad de sentimientos: en la frustración, el amor, la nostalgia, la simpatía... El trabajo creativo es difícil por definición. Si intentamos crear algo nuevo y original, no sabremos cómo hacerlo y eso nos puede producir ansiedad. Además, a menudo el trabajo creativo nace de los obstáculos que nos frustran. Las personas creativas tienen que buscar las diferentes maneras de gestionar esas emociones de manera que les permitan superar esos impedimentos.

Si gestionamos mejor las emociones, ¿podremos ser más creativos?

Creo que podemos lograrlo si desarrollamos nuestras habilidades en inteligencia emocional. Aprender que las emociones contienen información sobre nuestro entorno puede ayudarnos a tomar mejores decisiones en nuestro trabajo y a conseguir que este sea más creativo. Por ejemplo, la frustración nos está diciendo que estamos ante un problema que tendría que ser solucionado. A veces las personas regulan sus emociones y se sienten mejor, pero no se dan cuenta de que tienen un problema en el que tienen que trabajar. Estando atentos a nuestras emociones puede ayudarnos a decidir la importancia de los problemas.

Otro ejemplo de cómo las habilidades en inteligencia emocional pueden ayudar a la creatividad es aprendiendo estrategias de regulación emocional más efectivas. Trabajar en algo creativo es difícil y la gente puede sentir ansiedad, frustración y estrés durante el proceso. Nuestra investigación en el Yale Center for Emotional Intelligence nos muestra que siendo capaces de realizar un mejor manejo de las emociones puede ayudar a la gente a ser más persistentes frente a los obstáculos y a mantener la pasión por el trabajo, y esto a la postre les hace ser más exitosos.

¿De qué forma sugiere usted conectar la creatividad con el sistema educativo?

De acuerdo con el Foro Económico Mundial, la creatividad es la herramienta más necesaria para cambiar la economía. Para que los niños de hoy tengan éxito, necesitarán ser creativos, y el sistema educativo debería tener un papel a la hora de enseñar esta capacidad. Las escuelas deberían promover oportunidades para estimularla en los curriculums. El aprendizaje por proyectos es un buena muestra de cómo se puede hacer. En este tipo de trabajos, los estudiantes tienen la oportunidad de explicar en profundidad y de pasar un tiempo sustancial leyendo sobre el tema en concreto, mientras son tutelados por un profesor.

Pero la creatividad puede fomentarse a través de otras pequeñas cosas: mediante el curriculum sería posible si en lugar de centrar el aprendizaje de los estudiantes de Primaria en hechos, se pone el foco en crear conexiones y puentes entre las distintas asignaturas. Probablemente lo más importante que las escuelas podrían hacer para fomentar la creatividad de los niños es darles permiso para preguntar y voz a sus pensamientos. Esto permitiría a los estudiantes compartir las ideas que tienen y, con el tiempo, desarrollarlas de forma más creativa y sofisticada.

Si hablamos de creatividad, ¿cuál sería el peor error que cometen las escuelas a la hora de fomentarla?

Lo peor que pueden cometer las escuelas contra la creatividad es criticar duramente o incluso penalizar las ideas de sus alumnos. El doctor Ron Beghetto (Arizona State University) estudió lo que él denominó la «mortificación creadora», que es la pérdida de interés en cualquier proceso creativo como resultado de un «feedback» negativo que hace a los estudiantes conscientes de su actividad.

Recuerdo las memorias de una estudiante universitaria sobre sus años en la escuela de Primaria donde esta describía cómo algún profesor la había criticado y gritado porque había coloreado el centro de una flor de color morado y los pétalos rosas, cuando la indicación era al revés, colorear el centro rosa y los pétalos morados. La estudiante recordaba como las palabras del profesor le habían herido años después y decía que nunca quiso dibujar o pintar otra vez tras aquello. La mortificación creadora es más probable que suceda a edades tempranas, probablemente porque los niños a esa edad no tienen estrategias para regular sus emociones.

¿Puede cualquier persona ser creativa, a cualquier edad?

La gente puede ser creativa a cualquier edad, pero parece que la creatividad puede cambiar. Los estudiantes distinguen varios niveles de creatividad, que son:

-La creatividad «Mini-c», referida a las conexiones realizadas durante el aprendizaje, que pueden ser originales de cada persona, pero no originales en el resto del mundo, porque otros han hecho las conexiones antes.

-La creatividad «Pequeña-c»: son pequeños actos creativos que hacemos cada día en nuestras vidas, como cuando pensamos en un regalo original para el cumpleaños de un amigo. Ambos niños y adultos de todas las edades pueden estar en el nivel «Pequeña-c».

A medida que vamos a la escuela, aprendemos contenido y herramientas que son importantes para la creatividad en diferentes trabajos, tales como ser ingeniero o científico, artista del cristal, o arquitecto... Todas esas capacidades y conocimientos son necesarios para el desarrollo profesional creativo.

Poca gente alcanza la eminencia o la creatividad llamada «Gran-c»: solo el tipo de gente que lleva a cabo un trabajo profundamente rompedor, o que hace importantes descubrimientos que cambian la vida. Ejemplos de esa clase de gente son Albert Einstein, cuyo trabajo marcó una nueva era en la Física, o Pablo Picasso, que inventó un nuevo estilo de pintura.

¿Es la gente creativa más exitosa en su vida?

La creatividad está relacionada con el éxito en la vida en muchos aspectos diferentes. Una de las maneras en las que está relacionada es con la consecución de logros. Un artista creativo es más exitoso exhibiendo su trabajo, que un artista menos creativo. Y un científico creativo tendrá más éxito en su investigación que uno que no lo es tanto. De cualquier forma, la creatividad no es apropiada para todos los trabajos ni todas las circustancias. No deseamos tener contables creativos, por ejemplo...

La creatividad está también relacionada con el éxito personal. Puede ayudarnos en nuestras relaciones, haciéndolas más interesantes, y ayudándonos a solucionar problemas de forma original. También puede ayudarnos a superar y a crecer tras un evento traumático de la vida e incluso, a encontrar el sentido de esta.

¿Qué pueden hacer los padres en casa con sus hijos para fomentarla?

Los niños desarrollan su creatividad a través del juego. Los padres pueden jugar con sus hijos y convertirse en un modelo abierto a la experiencia y a la experimentación. Jugar con ellos tiene todas las características que buscamos en este asunto. Además, es original y efectivo porque engancha al niño, le permite expresar emociones, y es a menudo colaborativo cuando los menores juegan con otros. Cuando se juega con un niño, los padres les están enseñando que es aceptable hacer un poco el tonto. Y también pueden enseñar a los pequeños que las ideas y la inspiración surge de cualquier lado, como cuando el juego está inspirado en algo que han leído en un libro o escuchado en un cuento.

Tomado de: ABC.ES

La clave para evitar el fracaso escolar está en preescolar y no en Secundaria

Un estudio de la Fundación La Caixa concluye que la educación temprana es decisiva para los resultados futuros de los niños en competencias básicas, sea cual sea su origen socioeconómico


Aunque se suele atribuir el fracaso escolar a la educación secundaria, en realidad la clave para prevenirlo está en las etapas educativas anteriores. Así lo afirma el informe de la Fundación la Caixa « Aprendizaje y ciclo vital. La desigualdad de oportunidades desde la educación preescolar hasta la edad adulta».

En el estudio presentado por Enric Banda, director del Área de Ciencia y Medio Ambiente de la Fundación; Leire Salazar y Héctor Cebolla, doctores en Sociología por la Universidad de Oxford; y Jonas Radl, doctor en Sociología por el Instituto Universitario Europeo, se analiza por primera vez de forma conjunta las bases de datos más destacadas sobre la educación en España. Y la conclusión a la que llegan es que si bien la asistencia a la escuela infantil es beneficiosa para los niños y niñas de todos los orígenes socioeconómicos, son los hijos de las familias más desfavorecidas son los que más se benefician del acceso a preescolar, en concreto dos veces más. La educación en estas edades se revela así como fundamental para paliar la desigualdad de oportunidades educativas.

La escuela como elemento compensador
Los hijos de las familias más desfavorecidas, candidatos en mayor medida al fracaso escolar a medio y largo plazo, son los que más se benefician porque en muchos casos se trata de niños cuyos padres no invierten tanto tiempo en actividades con contenido pedagógico, y es el sistema educativo el que se encarga de compensar esa menor cantidad y variedad de estímulos que se reciben en el entorno familiar.

Hay poca diferencia entre público o privado
En contra de lo que se piensa, no existen diferencias medias importantes entre los resultados de los centros educativos públicos o privados. De los datos analizados se deduce que los centros educativos españoles no parecen aumentar las desigualdades de partida que existen entre las familias porque España ha cultivado un sistema educativo relativamente homogéneo, aunque de menor calidad que el de otros países desarrollados.

En la universidad, todos iguales
En cuanto al aprendizaje que se realiza en la universidad, no existen diferencias relevantes entre los estudiantes con distinto origen social. Dada la estabilidad de los patrones de desigualdad en primaria y secundaria, si la universidad presenta menos diferencias por origen social es porque el fracaso escolar bloquea a los estudiantes con peor rendimiento, entre los que los de menos recursos están sobrerrepresentados.

La crisis afecta mucho más al rendimiento de los estudiantes más humildes
Lo que sí produce impacto en el rendimiento de los estudiantes son las crisis económicas, que reducen sobre todo las expectativas de los estudiantes con orígenes humildes. Entre los alumnos con un rendimiento medio, las expectativas se reducen solo un 4 % cuando los padres tienen un alto nivel educativo, y un 13 % cuando los padres tienen un nivel de formación bajo.

Tomado de : ABC.ES

COMO ENFRENTAR LAS ¡PATALETAS! Primero es importante aprender a:  Reconocer una verdadera pataleta Aunque sus características var...